Zeus lo hizo con Alcmena tras convertirse en Anfitrión de Tebas (su marido), que se
fue a la guerra contra Atenas, y el cual regresó victorioso esa misma noche
después de que Alcmena ya se había quedado embarazada de gemelos.
En la noche en que estaba previsto que los gemelos
nacieran, Zeus juró que el niño miembro que naciera aquella noche se
convertiría en un gran rey.
Cuando Hera se enteró del juramento, quiso perjudicarlo. Corrió a la
casa de Alcmena y ralentizó el parto sentándose con las piernas cruzadas y las
ropas atadas con nudos. Al mismo tiempo, hizo que Euristeo, primo
de los gemelos, naciese con dos meses de antelación, siendo él el rey. Y habría
retrasado permanentemente el nacimiento si no hubiese sido engañada por Galantis, la
criada, quien le dijo que ya había ayudó a los niños en el parto. Hera, sin
comprender nada, desató los nudos permitiendo así que Alcmena diese realmente a
luz a Heracles y a Ificles
Pero sólo podía ser semidiós uno de los dos niños,
el cual fue Heracles, que recibió el don de la fuerza, y su hermano, Ificles,
nació mortal. Entonces, Hera odió a Heracles. Zeus nombró a Heracles rey de Tirinto,
mientras que Euristeo fue gobernador de Miscenas.
Otra versión cuenta que Hera retrasó
el parto haciendo que Ilitía se
sentase en la mencionada posición, y que fue ésta la engañada por Galantis. Hera transformó
a la criada en comadreja y la obligó a dar a luz poniendo huevos por la
boca.
Unos pocos meses después del nacimiento de
Heracles, Hera envió dos serpientes a matarlo mientras dormía en su cuna. Pero él las
estranguló una en cada mano y su niñera lo encontró divirtiéndose con ellas
como si fueran juguetes.
El origen de la Vía Láctea es que Zeus engañó a Hera para que amamantase a Heracles y cuando descubrió quién era, lo apartó bruscamente de su pecho, i entonces un chorro de leche formó la mancha que cruza el cielo.
Los maestros más hábiles se encargaron de la
educación de Heracles, Autólico le enseñó la lucha y la conducción de carros;
Eurito, el manejo del arco: Eumolpo, el canto; Cástor y Pólux, la gimnasia;
Elio, le enseñaba a tocar la lira y el centauro Quirón, la astronomía y
medicina.
Su avance físico fue extraordinario y su fuerza
portentosa. Heracles era un gran bebedor, y su jarro era tan enorme que se
necesitaba la fuerza de dos hombres para levantarlo.
De joven, Heracles se fue a un lugar para pensar
que camino quería elegir. Entonces se le aparecieron dos mujeres altas, una de
las cuales, la Virtud, hermosa, noble y vestida de blanco. La otra llamada,
Afeminación o Voluptuosidad, gruesa y rosada, llevaba un vestido llamativo.
Cada una de las dos procuró ganarlo con promesas, y
Heracles se decidió por Virtud. Abrazó al héroe y representando así que le
espera una vida dura y con mucho trabajo.
Cuando creció, Hera puso en su copa un veneno que
lo enloqueció y hizo que Heracles matara a su mujer y a sus hijos confundiéndolos
con enemigos. Como castigo fue enviado con el primo de Hera, Euristeo, para
servirle por 12 años. Euristeo, le hizo hacer los trabajos más duros y
difíciles, los cuales se llamaron los doce trabajos de Heracles.
Estos fueron:
Matar al
león de Nemea y despojarle de su piel: El león había estado aterrorizando los alrededores
de Nemea, y tenía una piel tan gruesa que resultaba imposible clavarle las
armas.
Cuando Heracles se enfrentó a él por primera vez,
usando su arco y sus flechas, un garrote hecho de un olivo y una espada de
bronce, todas las armas resultaron inútiles. La casa del animal tenía dos
entradas: Heracles lo peegó hasta que el animal entró en ella, taponó una de
las entradas y acorralándolo por la otra lo atrapó y lo estranguló.
Heracles llevó el cuerpo del león a Miscenas para que lo viera el rey Euristeo, quien
elegía qué tareas debía cumplir. Pero éste se asustó tanto que prohibió a
Heracles volver a entrar a la ciudad. Euristeo mandó a sus herreros que le
forjasen una tinaja(vasija(lugar perqueño de barro)grande) de
bronce que escondió bajo tierra, y en la que se refugiaba cada vez que se
anunciaba a Heracles, comunicándole sus instrucciones a través de un mensajero.
Heracles empleó horas intentando quitarle la piel
al león sin éxito. Por fin Atenea, disfrazada de vieja bruja, ayudó a Heracles
diciéndole que para cortar la piel lo mejor eran las propias garras del león.
De esta forma, con una pequeña intervención divina, consiguió la piel del león,
que desde entonces vistió a modo de armadura, usando su cabeza como yelmo(casco)
Matar la
hidra de Lerna: Tras llegar cerca del lago Lerna, Heracles y su
sobrino Yolao se cubrieron sus bocas y narices con una tela para protegerse del
aliento venenoso de la Hidra. Heracles disparó flechas en llamas al refugio del
monstruo para obligarle a salir. Entonces se enfrentó a ella con su espada y
empezó a cortarle las nueve cabezas que tenía. Pero cada vez que se le cortaba
una, le salía otra en el mismo lugar y más fuerte que la anterior. Entonces
Yolao le ayudó quemando el cuello de la cabeza cortada para que no renaciera
otra. Al final, la Hidra murió sin cabezas excepto una que era inmortal y
Heracles la enterró bajo una roca, y mojó sus flechas en la sangre venenosa de
la Hidra para que cuando hiriese a alguien con ellas, los matara.
En otra versión, Heraenviaba
un cangrejopara que mordiese los pies de Heracles y le
molestase para provocar su muerte. No obstante, Heracles aplastó al cangrejo y
siguió luchando contra la Hidra.
Cuando Euristeo supo que
había sido su sobrino quien le había ayudado, le dijo que no había hecho el
trabajo solo y por tanto no contaba para las diez labores que tenía hacer.
La cierva
era muy veloz (tanto que las flechas de Heracles no la alcanzaban), y no le
resultaría fácil a Heracles atraparla: la persiguió día y noche sin descanso
hasta el país de los Hiperbóreos. Allí la capturó mientras bebía. Le atravesó
las dos patas por la piel utilizando una flecha que hizo pasar entre el tendón y
el hueso, sin llegar a derramar su sangre. Una vez inmovilizada la llevó a
Micenas y después a Euristeo. Heracles tardó un año en capturarla.
Capturar
al jabalí de Erimanto: En camino hacia Erimanto, Heracles paró para visitar al centauro Folo, quien compartió con él su comida y su vino. Pero
los otros centauros, al oler el vino reservado para ellos se enfadaron tanto
que atacaron a Heracles, quien finalmente con sus flechas envenenadas mató a
varios de ellos.
Mientras Heracles enterraba a sus víctimas, su
amigo Folo sacó una de las flechas de Heracles y la miró asombrado, pero la
flecha se le cayó en un pie y lo mató. Heracles lo enterró al pie de la montaña
que tomó su nombre.
Retomando el trabajo que tenía que finalizar,
Heracles encontró al jabalí y, persiguiéndolo, lo fue acorralando a una zona
cubierta de nieve donde, saltando sobre su lomo, lo ató con cadenas y se lo
llevó a Miscenas vivo.
Limpiar
los establos de Augías en un día: Los
establos nunca se habían limpiado hasta que lo hizo Heracles en un solo día. Euristeo quiso humillarle y ridiculizarle, había tanta
cantidad de excrementos acumulados en los establos que era prácticamente
imposible limpiarlos en un sólo día. Pero él cumplió su trabajo abriendo un
canal que atravesaba los establos y llegaba a los ríos Alfeo y Peneo, que arrastraron toda la suciedad.
Augías le había prometido a Heracles regalarle una
parte de su ganado si realizaba la misión en un sólo día pero se negó a cumplir
su promesa diciendo que el trabajo lo habían hecho los ríos, y cuando Fileo convenció
a los jueces para que le dieran la razón a Heracles, Augías le desterró del
reino. Euristeo por su parte tampoco consideró el trabajo como uno de los diez,
ya que Heracles había sido ayudado por Augias.
Heracles abandonó Élide y buscó alianzas entre los
príncipes de toda Greciapara atacar a Augías, pero fue derrotado por los moliones, que
mataron a su hermano.
Tres años más tarde, Heracles aprovechó que los eleos
estaban celebrando un festival en honor a Poseidón para matar a los moliones y a Éurito, hijo de
Augías, dejándole así sin sus mejores generales. Posteriormente volvió a hacer
otro ejército con él saqueó la Élide y mató a
Augías, poniendo a Fileo en el trono de su padre. Para celebrar la victoria,
Heracles instauró los famosos juegos olímpicos
Matar a
los pájaros del Estinfalo: eran unas aves que tenían picos, alas y garras de bronce y cuyos
excrementos venenosos arruinaban los cultivos y también eran carnívoras. Euristeo comandó entonces a Heralces que acabase con la amenaza de dichas aves, como
parte de los doze trabajos de Heracles ya que en ocasiones atacaban al ganado o a la
población. Heracles se dirigió al Estínfalo, y ahí se encontró desolado pues la
misión era especialmente difícil de completar: las aves eran demasiadas para
sus flechas y su legendaria fuerza no le servía de nada.
Entonces apareció Atenea y le
socorrió dándole un cascabel (o una campana) de bronce y le mandó a que lo
tocara desde una colina elevada, al hacerlo las aves asustadas emprendieron
vuelo y nunca más se las volvió a ver en el bosque y el lago. Muchas de ellas
fueron derribadas por las flechas de Heracles y las que consiguieron escapar huyeron hacia la
isla de Ares, en el Mar Negro, donde fueron encontradas años después por los Argonautas.
Cuando Heracles volvió con Euristeo, éste se
hallaba en su refugio debido a que varios de los pájaros de bronce volaban
alrededor de su palacio. Al ver
esto, Heracles sonó su cascabel y los pájaros se alejaron de ahí.
Capturar
al Toro de Creta: Consistió en capturar un toro salvaje que expulsaba
fuego por sus narices y que causaba estragos en Creta.
Este toro es el que Poseidón hizo salir del mar cuando el rey Minos prometió
ofrecer un sacrificio al dios; pero Minos lo encontró tan hermoso que lo
incorporó a sus rebaños como semental en vez de
sacrificarlo y el dios, enfurecido, hizo que la reina Pasífae se enamorara del animal y concibiera de él un hijo,
el Minotauro, tras lo
cual hizo enloquecer al toro.
Así pues, Heracles se presentó a Minos, que le
autorizó para capturar al toro, si podía. Heracles consiguió subir a lomo del
animal y lo condujo, a través del mar Egeo, hasta Miscenas. Euristeo, al ver
al hermoso animal lo quiso ofrecer a Hera, pero la diosa lo rechazó al ver la ferocidad del
toro, por lo que Euristeo lo dejó libre.
El toro causó estragos allá por donde pasó.
Atravesó la Árgolide, cruzó
el istmo de Corinto hasta que finalmente el héroe ateniense Teseo consiguió
matarlo en la llanura de Maratón (cerca de Atenas).
Robar las
yeguas de Diomedes: consistía en capturar a las cuatro yeguas de Diomedes, que comían carne humana, su dueño las tenía
atadas con cadenas y las alimentaba con la carne de sus inocentes huéspedes.
Heracles fue con un grupo de voluntarios y
consiguió arrebatárselas a Diomedes, quien fue con su ejército a atacar a Heracles, pero
éste lo mató y arrojó el cuerpo aún con vida a las yeguas, y el ejército huyó.
Tras devorar el cadáver, las yeguas se volvieron tan mansas que Heracles las
pudo atar al carro de Diomedes y se las llevó a Micenas, donde fueron regaladas
a Hera.
Durante la batalla, las yeguas habían devorado a Abdero, amigo de Heracles que había quedado encargado de
custodiarlas. Entonces Heracles fundó en su honor la ciudad de Abdera.
Se dice que las yeguas murieron en el monte Olimpo devoradas por las fieras y las alimañas. Según la
tradición, Bucefalo, caballo
de Alejando magno,
descendía de una de estas yeguas.
Robar el
cinturón de Hipólita: Consistió en obtener cinturón, a petición de Admete, la hija de Euristeo. En una
versión de la historia, Hipólita se enamora de Heracles y le da el cinturón
voluntariamente. En otra, Heracles secuestra a una de las hermanas de Hipólita, Melanipa, exige el cinturón como rescate y libera a la amazona cuando lo obtiene. El hacha de Hipólita es entregada a la reina Ónfale, quien la guarda en las regalías de los reyes
lidios. Más tarde, se vería el arma empuñada por Zeus en una
representación estatuaria.
Después obtener el cinturón Heracles, Teseo, uno de sus compañeros, secuestra a Antíope, otra
hermana de Hipólita. Las amazonas atacan entonces (porque Hera, la enemiga de Heracles, ha difundido el
malintencionado rumor de que Heracles está allí para atacarlas o secuestrar a
Hipólita), pero Teseo y Heracles escapan con el cinturón y con Antíope. Según
otra versión, Heracles mata a Hipólita en su huida. Para rescatar a Antíope,
las amazonas atacan Atenas, pero
fracasan; en algunas versiones, Antíope muere durante el ataque.
En muchas versiones, Teseo se casa con Antíope o
con Hipólita, y tiene así un hijo llamado Hipólito. Teseo
terminará casándose con Fedra, bien tras haber abandonado a su anterior esposa,
o bien tras la muerte de ésta en el parto. En la versión en la que Teseo está
casado con Hipólita y la abandona, ella intenta vengarse llevando a las
amazonas a la boda de Teseo y Fedra con la intención de matar a todos, aunque
fracasa al ser asesinada, según las versiones, por los hombres de Teseo o por
la amazona Pentesilea.
Robar el
ganado de Gerión: El décimo trabajo de Heracles consistió en robar el
ganado de Gerión. Mientras viajaba hacia allí, cruzó el desierto libio (Libia era el nombre genérico de África para los
griegos) y quedó tan frustrado por el calor que disparó una flecha a Helios, el sol. Helios le rogó que parase y Heracles pidió a cambio la copa dorada que el dios usaba para cruzar el mar cada noche. Heracles usó esta copa donada para llegar a Eritia.
Heracles intentó robar el ganado y mató primero a
Ortro y luego a Euritión. Cuando llegó Gerión, en algunas versiones tras haber
sido informado por Menecio, el
pastor de Pluto en el Hades,
Heracles lo mató y desgarró su cuerpo en tres partes.
Heracles tuvo entonces que arrear el ganado hasta Euristeo. En las
versiones romanas de la historia, Caco robó en
el monte Avetino de Roma parte del
ganado de Gerión a Heracles mientras éste dormía, haciendo que las reses
caminasen de espaldas para no dejar nuevas huellas, una repetición del truco
del joven Hermes. Según algunas versiones, Heracles pasó con el
resto del ganado frente a una cueva donde Caco escondía las reses robadas, y
empezaron a llamarse unas a las otras, pero en otras Caca, la
hermana de Caco, le dijo a Heracles dónde se escondía su hermano. Heracles mató
entonces a Caco y, de acuerdo con la mitologia romana, fundó
un altar en el lugar donde el Foro Boario, el
mercado de ganado, se celebraría posteriormente.
Para molestar a Heracles, Hera envió un tábano para que picase al ganado, irritándolo y
esparciéndolo. Hera envió entonces una inundación que elevó el nivel de un río
tanto que Heracles no podía vadear el ganado. Heracles apiló piedras en el río
para hacer que el agua fuera menos profunda, y más tarde Edquina asaltó a
Héracles para robarle los bueyes de Gerión, y cuando éste fue a reclamarlos
Equidna le dijo que no se los entregaría a menos que el héroe tuviese relaciones sexuales con ella.
Heracles lo hizo, y de esta unión nacieron Agatirso, Gelono y Escites. Cuando
por fin llegó a la corte de Euristeo, el ganado fue sacrificado a Hera.
Robar las
manzanas de las Hespérides: Euristeo le asignó dos más afirmando que no contaban ni el
de la Hidra (porque le había ayudado Yolao) ni el de los establos de Augías(porque
fue pagado por él, o porque los ríos hicieron el trabajo). El primero de estos
dos trabajos adicionales fue robar las manzanas del jardín de las Hepérides. Heracles capturó primero al anciando del mar, el dios marino que cambiaba de forma, para saber
dónde estaba ubicado dicho jardín.
En algunas variantes Heracles conoce al principio o
al final de su trabajo a Anteo, quien era invencible siempre que estuviese en
contacto con su madre, Gea, la Tierra. Heracles lo mató sujetándolo en vilo y
aplastándolo con un fuerte abrazo.
Heródoto afirma que Heracles se detuvo en Egipto, donde el rey Busiris decidió
hacer de él su sacrificio anual, pero Heracles rompió sus cadenas.
Llegando finalmente al Jardín de las Hespérides,
Heracles engañó a Atlas para que recuperase algunas manzanas de oro
ofreciéndose a sujetar el cielo mientras iba a buscarlas (Atlas podría tomarlas
en esta versión porque era el padre de las Hespérides o tenía algún parentesco
con ellas). Al volver, Atlas decidió no aceptar los cielos de vuelta, y en su
lugar se ofreció a llevar las manzanas a Euristeo él mismo, pero Heracles
volvió a engañarlo aceptando quedarse en su lugar a condición de que Atlas
sujetase el cielo un momento para ponerse su capa más cómodamente. Atlas
accedió, y entonces Heracles tomó las manzanas y se marchó.
Hay otra variante de la historia en la que Heracles
era la única persona que robaba las manzanas (además de Perseo), si bien Atenea las
devolvía luego a su lugar correcto en el jardín. Eran consideradas por algunas
las mismas «manzanas de dicha» que tentaron a Atalanta, frente
a la «manzana de la misericordia» usada por Eris para provocar un concurso de belleza en el Olimpo
(que terminaría dando lugar a la Guerra de Troya).
Capturar
a Cerbero y sacarlo de los infiernos: Viajó primero a Eleusis para ser iniciado en los misterios eleusinos y
aprender así cómo entrar y salir vivo del Hades, y de paso para absolverse a sí
mismo de la culpa por haber matado a sus hijos. Encontró la entrada al
inframundo en Ténaro. Atenea y Hermes le
ayudaron a traspasar la entrada a la ida y a la vuelta. Gracias a la
insistencia de Hermes y a su propio aspecto fiero, Caronte le llevó
en su barca a través del Aqueronte.
Mientras estaba en el inframundo,
Hercules liberó a Teseo, pero la tierra tembló cuando intentó liberar a Pirito, por lo
que tuvo que dejarlo atrás. Ambos habían sido encarcelados por Hades, quien los
había sujetado mágicamente a un banco cuando intentaron secuestrar a Persefone. Dicha
magia era tan fuerte que cuando Heracles tiró de Teseo para liberarlo, parte de
los muslos de éste quedaron pegados al banco, lo que explicaría por qué sus
descendientes tenían muslos notablemente delgados.
Algunas versiones cuentan que, para llevarse a
Cerbero, Heracles simplemente pide permiso al dios Hades, y éste accede con la condición de que Heracles no
haga daño al perro. Pero en otras versiones, Heracles dispara una flecha a
Hades. Tras esto, en algunas versiones Heracles lucha contra el perro y lo
arrastra fuera del Hades, pasando por la cueva Aquerusia. En
otras, Heracles trata con amabilidad al fiero perro, y éste, al ser tratado así
por primera vez, lo acompaña afuera dócilmente.
De todos ellos salió victorioso el héroe y son
otros muchos los que asimismo se le atribuyen, pues casi todas las ciudades de
Grecia se van a gloriaban de haber sido teatro de algún hecho maravilloso de
Heracles. Exterminó a los centauros, mató a Busilis, Anteo, Hipocón,
Laomedonte, Caco y a otros muchos tiranos; libró a Hesione del monstruo que iba
a devorarla, y a Prometeo del águila que le comía el hígado, separó los dos
montes llamados más tarde columnas de Heracles, etc.
El amor, pese a las numerosas hazañas realizadas
por el héroe, ocupó intensamente el espíritu y el cuerpo de Heracles. Tuvo
muchas mujeres y gran número de amantes. Las más conocidas son Megara, Onfalia,
Augea, Deyanira y la joven Hebe, con la cual se casó en el cielo, sin olvidar
las cincuenta hijas de Testio, a las cuales hizo madres en una noche.
El odio del centauro Neso, unido a los celos de
Deyanira, fueron la causa de la muerte del héroe. Sabedora esta princesa de los
nuevos amores de su esposo, le envió una túnica teñida con la sangre del
centauro, creyendo que con ello impediría que amara a otras mujeres. Pero
apenas se la puso el veneno del que estaba impregnada hizo sentir su funesto
efecto, y penetrando a través de la piel, llegó en un momento hasta los huesos.
En vano procuró arrancarla de sus espaldas; la túnica fatal estaba tan pegada a
la piel que sus pedazos arrastraban tiras de carne.
Las más espantosas imprecaciones contra la perfidia
de su esposa brotaron de los labios del héroe, y comprendiendo que se acercaba
su última hora, constituyó una pira en el monte Oeta, extendió sobre ella su
piel de león, y echándose encima mandó a Flictetes que prendiera fuego y
cuidase sus cenizas.
En el mismo instante en que comenzó a arder la
pira, se dice que cayó un rayo sobre ella para purificar lo que pudiera quedar
de mortal en Heracles. Zeus lo subió al Olimpo y lo colocó entre los
semidioses.
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